Tu comercio electrónico necesita de un ERP, si deseas que tu negocio crezca.

Gestionar un e-commerce no es tarea fácil. Hay demasiadas cosas de las que debemos estar constantemente pendientes como para hacerlo de una forma manual. Por este motivo, un ERP es una herramienta imprescindible para realizar con éxito la gestión de un sitio dedicado al comercio electrónico y obtener los mejores resultados.

La razón es que un e-commerce requiere los mismos procesos de previsión, planificación, venta y control que un negocio de venta al estilo tradicional. Un ERP integral nos ayuda a administrar correctamente la parte comercial, la facturación, el área comercial, las compras, el stock, la gestión de almacenes, etc.

En una tienda tradicional podemos tener un buen escaparate, que llame la atención de los clientes, que incite a que entren en el negocio y vayan a comprar. No obstante, si cuando vamos a buscar al almacén no tenemos lo que nos han pedido, seguramente este cliente no vuelva. En una tienda online ocurre lo mismo, con la diferencia de que el coste de adquisición del cliente será más alto y tendremos seguramente una mancha en nuestra reputación online.

Lo ideal es que comencemos integrando el e-commerce con un ERP. El control y automatización nos ahorra mucho trabajo y mejora la gestión, la capacidad de análisis y el control de costes y productividad.
La información que nos facilita un ERP nos permite conocer en todo momento no solo el stock, sino qué productos nos están dejando más beneficio y cuáles estamos vendiendo mejor. También permite tener los precios actualizados de forma automática. Los cambios de precios puede ser una tarea tediosa o convertirse en algo realmente sencillo y rápido de realizar.

El ERP supone un ahorro dentro de los costes administrativos que tiene asociada una tienda online. También nos ayudará a mejorar la comunicación con el cliente, de forma que se automatice todo el proceso de venta, desde que se realiza el pago hasta que el producto se recibe. Además, hoy en día no basta con hacerlo bien, sino que tiene que ser rápido y ofrecer el control al cliente en todo momento del proceso logístico. Si hace unos años era aceptable tardar tres o cuatro días en recibir un paquete, actualmente puede ser un grave problema.

Morir de éxito, cuando el e-commerce no tiene un sistema de gestión adecuado.

Muchos e-commerce mueren de éxito cuando no tienen un ERP integrado. Su modelo de gestión no es escalable fácilmente. No tienen el control de los productos, ventas, envíos y empiezan a recibir quejas de clientes. Paquetes que llegan tarde y clientes que pierden la confianza.

Cuando un cliente está esperando un pedido y al cabo de unos días no tiene noticias es un mal síntoma. Si por cualquier motivo no tenemos stock o hemos tenido cualquier problema es necesario informar rápidamente para que pueda tomar una decisión. Si esperamos sin decir nada, simplemente vamos a provocar su enfado y cancelación de la venta.

Por último, es muy complicado fidelizar al cliente de la tienda online sin la ayuda del ERP, ya que no tenemos la información financiera, de los pedidos, de los beneficios que nos ha dejado o si ha hecho alguna devolución y por qué motivo.

Cuando una tienda online no está integrada con un ERP, estamos obligados a introducir de forma manual todos los productos, los pedidos, los albaranes y facturas, los abonos y las compras a proveedores. Uno por uno, realizando un trabajo arduo y lento. Es la única forma posible de, por ejemplo, conseguir tener actualizado el stock. Además, hay que contar con los errores humanos que, sin duda alguna, quitan tiempo y generan preocupaciones.
Por otro lado, si disponemos de tienda física y online, sin un software de este tipo es muy difícil coordinar la información de ambas y obtener datos reales y actualizados sobre ventas, stocks, inventario, etc. A veces, incluso se producen duplicidades en los procesos y, al final, siempre acaba afectando negativamente al servicio al cliente y a la gestión óptima de los resultados.

Por no hablar del control sobre el estado de los pedidos, los envíos, las devoluciones y la gestión de incidencias. Un maremágnum harto complicado de gestionar, si tenemos que controlarlo todo de forma manual.
El resultado, un negocio disperso, difícil de controlar, donde las decisiones y la planificación se complican y cuyos clientes no acaban de estar satisfechos.

Sin embargo, implementando el ERP en nuestro e-commerce todo resulta mucho más fácil y llevadero. El catálogo de productos, los pedidos, la facturación, la contabilidad, los pagos, el stock y el contacto con proveedores y clientes resultan mucho más ágiles y sencillos. Incluso es posible controlar los precios y los márgenes de beneficio ahorrando en tiempo y recursos. Y, por supuesto, reducimos al máximo el margen de error.

De esta manera, los gestores de un e-commerce podemos automatizar todos estos procesos y dedicarnos en cuerpo y alma a HACER CRECER NUESTRO NEGOCIO. Y los clientes, por su parte, están mucho mejor informados sobre sus compras, el transporte de sus productos, el envío y las devoluciones, etc. Y como es sabido, un cliente satisfecho siempre puede traernos nuevos clientes a nuestra tienda online.